lunes, 3 de febrero de 2014

The game is back on.

Cuando alguien está enamorado, o más precisamente cuando lo está una mujer y además es al principio y el enamoramiento posee el atractivo de la revelación, por lo general somos capaces de interesarnos por cualquier asunto que interese o del que nos hable el que amamos. No solamente de fingirlo para agradarle o para conquistarlo o para asentar nuestra frágil plaza, que también, sino de prestar verdadera atención y dejarnos contagiar de veras por lo que quiera que él sienta y transmita, entusiasmo, aversión, simpatía, temor, preocupación o hasta obsesión.
[...]
De pronto nos apasionan cosas a las que jamás habíamos dedicado un pensamiento, cogemos insospechadas manías, nos fijamos en detalles que habían pasado inadvertidos y que nuestra percepción habría seguido omitiendo hasta el fin de nuestros días, centramos nuestras energías en cuestiones que no nos afectan más que vicariamente o por hechizo o contaminación, como si decidiéramos vivir en una pantalla o en un escenario o en el interior de una novela, en un mundo ajeno de ficción que nos absorbe y entretiene más que el nuestro real, el cual dejamos temporalmente suspenso o en un segundo lugar, y ya de paso descansamos de él.
(Los enamoramientos. Javier Marías).
Y, con esta entrada que rescaté de "borradores", vuelvo. Quizá solo un ratito o igual para quedarme, quién sabe.
(El cuadro es "the kiss" de G. Klimt).

1 comentario:

  1. Tienes que volver. Necesito que vuelvas. Quiero que vuelvas. Cualquiera que juegue un poco con las palabras me cae bien. Venga, ánimos :)

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