sábado, 10 de septiembre de 2011

Prohibido esperar un año para vivir esto.

Hoy es 10 de septiembre y sigo igual de blanca que antes de que empezara el verano, pero vivo la vida...¿de otra manera? Sí, vivimos a lo loco y hacemos cosas por primera vez. Verano, suena bien, sin libros sin clases, ¿qué más queremos? Nos toca a nosotros, es nuestra hora de gritar y de vivir, de ser libres, el tiempo en el que salir demasiado no es malo, tiempo de emborracharte y arrepentirte mañana de las cosas que hiciste ayer, de meter zumada en botellas de bisolan porque "tia es que mis padres están por aqui", confiscarle el vaso a alguien y que se ponga a beber a cuatro patas mientras tu estas distraida haciendo una foto, play, playa, fiesta y dormir poco, de tener discusiones absurdas sobre si el peso se pesa o se mide, tiempo de 5:30 salinas, 6 valen, de la rutina y los intentos de romperla, de cantar mil y una canciones hasta quedarnos afónicas y aun así querer más, tiempo de arriesgar, de abrazar a quien te abrace, de comernos la vida y bebernos el miedo, hacer locuras solo y cuando estas con ellos, los de siempre, los de verdad. Tiempo de conocer a algún que otro cabrón, de besar y no acordarte a quién, tiempo de que te regalen sonrisas por las que un día después darías todo por volver a ver, tiempo en el que es mejor pedir perdón que permiso, pero que si hace falta, las disculpas a la cara, porque todo el mundo comete errores pero no todo el mundo los admite. Tiempo de bañarse en una piscina a las doce de la noche y hablar hasta las seis, de pozear, decir todo lo que pensamos, tiempo para darme cuenta de que el surf no está hecho para mí, de comer sin que nos preocupe demasiado la dieta, porque hay mucho asiático suelto, de improvisar en todos los aspectos, porque EVDM, de dejarnos la paga comprando pipas para que otra se las coma, tiempo de pasar momentos que ni las mejores cámaras podrían inmortalizar, tiempo de ver nuestra vida pintada de cualquier color menos de rosa, de que nadie nos diga como y cuando tenemos que dejar de hablar, que cerremos la boca o que nos callemos porque nadie nos va a decir que dejemos de gritar, porque me llamo Irael y tengo die año, tiempo en el que una canción lo dice todo y si hace falta se inventa un baile para ella, tiempo en el que tus disculpas y mi perdón llegan con meses de retraso, porque nunca digas nunca, que las situaciones te pueden sorprender y las personas aún más, porque es tiempo de perder 3000 minutos de verano viendo GG y pensar que nos está pasando a nosotras. Porque si la vida son dos días, el verano es la noche, tiempo en el que da igual quién ría el último, lo importante hoy es sonreír, de no ponernos condiciones ni de dar explicaciones, tiempo en el las cartas son nuestras mejores aliadas, de ser culo, vice, o presi, de aprender que en el bingo también hay columnas, tiempo de querer J A R I y de darse cuenta que la vida es puta, pero hay personas que lo son aún más, de que hay muchos aviones esperando aterrizar, tiempo de escapar y desaparecer durante un día, de recibir llamadas de tus padres diciendo "¿te vas a dignar a volver a casa?", de pedirle a tu madre que te haga croquetas para cenar, y que cague pa ti, tiempo de ser v's, de pensar en lo que pudo pasar y no fue, de querer romper las reglas del destino, de llevarle una tarta de cumpleaños a tu mejor amigo y que te cierre la puerta en las narices, pero aun así le sigas queriendo, tiempo de escuchar un "te quiero" al oido, de saber que no caminas sola, cuando de tanto sumar ya pierdes la cuenta, y darte cuenta de que hay que aprender a caer antes que a caminar, de que tus amigas aparezcan a las doce cero cero con un donut y un 16 encendido encima mientras que otra te esta llamando ya por el teléfono, tiempo de olvidarnos de un problema que no fue y la época en la que hay el tiempo de aclararte todos tus porqués, de mentir y decirnos a nosotros mismos que no estamos locos, cuando todo lo que hacemos son locuras, de cavar un pozo y taparlo con toallas a ver quien es la inteligente que se cae, porque "nunca te eches crema si vas a llorar, que pica", de apostarnos lo que no vamos a cumplir, de proponernos objetivos que nunca pasarán de ser eso. Tiempo de lenguas largas y faldas cortas, de que sea septiembre y parezca junio, tiempo en el que quién quiera conocerme, tendrá que llevarme de amuleto, de ir buscando en la basura unos labios que te digan "esta noche quédate", de estar en medio de ninguna parte, o creerlo porque estás aturdida debajo de una farola para que "las pupilas se hagan pequeñas", porque "pastis pa las titis, tripis pa los hippis", tiempo en el que vas echando de más, lo que un día echaste de menos, de echaros de menos a vosotras, las que no vais a estar, tiempo de convencerte con millones de sonrisas, de cruzar a saltitos todas las meanas por un euro, mientras te gritan "gilipollas, guarras", porque verguenza cero, nos la suda todo, nos lo pasamos bien, tiempo en el que no hay excusas, nos toca vivirlo aquí y ahora, disfrutar de lo que nos toca aunque se acabe, porque recordad, ser adulto significa tener un velocímetro que marca de 0 a 200, pero no ir nunca a más de 60.